martes, 7 de mayo de 2013


ADIÓS



La chica que baila. Un parpadeo. Dos parpadeos y a continuación el ritmo. Prizefighter. Eels. Mark Oliver Everett y una barba kilométrica representando lo que le falta en la vida a Henry Clacowsky: El sonido de un sueño duradero. Una reacción fatal ante el estruendo de un acorde necesario alerta la última sospecha. Y la despierta. Y la perturba hasta inflamar sus ganas de reventar el mundo. Pero la ayuda del aullido puede más que un muerto. La indulgencia que concede el sonido permite al planeta sobrevivir algunas horas sin resaca a pesar del Rock, de la vida y del momento en que se va la música y con ella el sueño.

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